La Boda de Tía Rafaela

Por fin ya estoy de vacaciones. Quince largos días para descansar, vagar, dormir como una loca y por supuesto comer como una degraciá sin remordimientos.

-María Joseee levántate!! –llama mi progenitora.
-Por Dios, Ma!! Ni por que toy de vacaciones me dejan descansar.
-Sí, sí como sea, se casa Rafaela.
-Que Rafaela? –digo sin la menor idea de lo que mi madre me esta hablando.
-Rafaela, Rafaela, tu tía.
-No jodas?! Rafaela, jamón precosido –dije muerta del asombro, las ranas deben de estar echando pelos.
-Ten mas respeto y no le digas así. Levántate!!
-¿Y por que si se casa Rafa me tengo que levantar yo? que se levante la abuela de su tumba que ha que no se lo cree.
-Mira no te digo par de cosas por que tengo muchas cosas que hacer.
-Por Dios y yo tengo que pagar por eso
-Bueno, pues adivina quienes son las damas de honor
-No
-Si
-Me rehúso a semejante humillación

2 Semanas después
Por que rayos el vestido es morado!! Cualquier persona con dos dedos de frente sabe que el morado le sienta fatal a los morenos, todas las damas somos morenas, todas somos primas y la mayoría están casadas, soy la única que sigue soltera a los 25 años. Ellas creen que no me casaré nunca, porque soy muy rosca izquierda. Mi madre cree que tengo remedio todavía, eso es lo malo de nacer dentro de una familia tradicional y anticuada.

Mi tía parece todo una muñeca de bizcocho, su vestido esta lleno de arandelas y el velo es de esos que se usaban en los 80’s, aquellos que parecen un afro hecho de tul. Tiene una sonrisa de oreja a oreja, se pasea de una mesa a otra llevando al novio de un brazo. Quien diría que Jaime, el carnicero, después de 6 años de hacerle sonrisitas insinuantes, darle una pata de puerco mas cuando mi tía iba a comprar paticas para la sopa y picarle uno de sus saltones ojos cada vez que estaban solos en la carnicería se casaría con ella? Yo era la mas escéptica en creer que ese amor iba a florecer, primero porque mi tía Rafa siempre se refería a Jaime como el enano de la carnicería (también era calvo y llevaba una barriguita cervecera nada sexy) y segundo porque mi tía siempre vivía hablando mal de los hombres en general supongo que para justificar su falta de marido. Pero al final, las patas de puerco pudieron más que las exigencias de estilo de mi jamona tía.

No se cual fue el ingenioso que organizó las mesas, la cuestión fue que me toco sentarme en la mesa de la familia del esposo de mi prima Carlota. Su esposo me caía peor que un plomo, con esa sonrisita de sabroso y sus chistes machistas. Lo mas estupido de todo es que mi prima siempre se reía de esos chistes “Que es una mujer embarazada de niña? Un kit de limpieza, jajajajaja” “Jajaja, que gracioso eres cariño”. Era de lo más patético. Y allí estaba yo bebiendo de mi trago mientras me calaba los chistes agrios de Juan y las risotadas de su mujer y sus padres.

-Voy por otro trago –dije sin prestar atención a si me oían o no. Nadie me oyó.

No quería convertirme en la alcohólica de la fiestas pero era medio difícil no tomar mi bebida cada ves mas rápido, pero si algo se hacer es saber cuando parar y hoy no sería la excepción (bueno uno y ya).

Cuando oigo a mi espalda una voz masculina que me sobresalta.

-Sedienta, eeeeh? –dice el tipo arrastrando el “eh”. Como esos hombres que privan en chulos.
-¿Que?

Genial, otro comediante.

-Digo que estas algo sedienta te he estado observando y lo he notado.
-Ah –digo sin la menor emoción. Me imagino lo difícil que debe haber sido llegar a esa conclusión.
-Yo como que te conozco –dice el imbecil este. ¿Vas a seguir?
-Bueno, yo no.
-¿Segura? Por que te he visto todas las noches en mis sueños

Grandioso. Lo que me faltaba. No, pero esta noche si que es prometedora y como me deshago del bulto este??

-Y dime ¿quieres bailar? aunque me imagino que es difícil resistirse a semejante propuesta.
-Ufff! no sabes cuanto, hasta con guerra interior y todo pero lamento decirte que no puedo tengo novio.
-Y ¿donde esta el supuesto novio?

Continuara......