La otra noche fui al apartamento de Betty porque quedamos en juntarnos, así q en cuanto salí de clases pasé por su casa. Ni bien entro, sale Betty con una sonrisa.
B- Mujer, tuve una inspiración!
V- Ahhh… y como de q?
B- Quiero un helado de chocolate
V- Ve y cómpralo
B- Es de noche, y no voy a ir sola, así que te toca acompañarme.
V- Bonita gracia la tuya… ok, pero que sea rápido
Empezamos a analizar los posibles lugares donde podrían vender helado (cerca del apartamento).
Primero paramos en una cafetería que queda a una esquina de mi casa donde yo había comprado helado anteriormente, pero justamente ese día no había (mierda!! Dije para mis adentros). No sabía en que otro lugar (que quedara próximo a mi casa) podríamos adquirir el preciado tesoro. Recuerdo que Vilma me dijo “bueno, ta difícil” y yo respondí “yo tengo que comer helado, ahora!!... ya se, vamos al mini-market que queda en la calle de atrás de mi casa”. Y no hubo suerte; la tipa que había allí solo nos dijo, en tono desanimado “La próxima semana llegara la neverita de los helados, ya la encargamos”.
Perfecto, “jodida vaina”. Pero ya era algo de orgullo, yo encontraba ese helado aunque amaneciera buscándolo (a pie, por cierto). Le dimos la vuelta a la cuadra completa y nada.
Llegamos cerca de la uni y se me ocurrió q en algún momento (no se bien donde) yo había visto helado allí. Así que le dije a Betty:
V- camina.
B - Para donde??!! Tu ta loca!! Mira mis fachas
V- No se, usted quería helado pues helado conseguirá. Vamos a la uni.
Cuando entramos, cabe destacar q las mujeres… bueno, no solo las mujeres, todo el q va a la uni de noche cree q es a modelar q va. Dios mío, cuanto ferrer!! Y nosotras, sudadas y greñudas (pero buenísimas como quiera) de tantas vueltas q habíamos dado.
Todo el mundo arreglado, con cara de interesante y una cátedra para desfilar por la pasarela que constituye los pasillos de la uni, y yo? Pues en chancleta y con unos jeans viejos. Pero no importaba, ya estábamos adentro y había esperanzas de conseguir mi helado [excelente!!]. Llegamos a la cafetería de la uni, vi la neverita de helados nestle y escuché la melodía de las arpas angelicales.
Sí!! Por fin. Además tanto buscarlos q hasta yo terminé deseando el helado. También era una buena recompensa: chocolate a la sangre. Compramos nuestros respetivos helados, no sin antes oír las calificaciones de los “jueces” que estaban cerca y q no tenían la mas mínima discreción al chequearnos y llamar a los otro: “hey! Loco, mira! Calificación?”
Pero en esos momentos ya estábamos desconectadas de todo, ya teníamos lo q queríamos y ya nada podía molestarnos. Nos fuimos saboreando el helado entre risas. Lo que uno hace por un helado!
B- Este helado sabe a gloria!!
V- No, sabe a
chocolate
B- La gloria es de chocolate
V- Pue si e de chocolate, yo quiero
ir pa ya!
para llegar a la gloria solo hay q dejarse llevar por las señales... chocolate es tú ejemplo, pero hay tantos otros ;)
si por comer chocolate voy a engordar, le digo adios entonces a las 105 libras o me pongo a hacer ejercicios.... jejeje